Desc: Bristet Lykke: Dirigida por August Blom. Con Olaf Fønss, Betty Nansen, Poul Reumert, Maja Bjerre-Lind. Muriel Yorke tiene un marido cariñoso, pero está tan absorto en sus deberes como jefe de la oficina de detectives que tiene poco tiempo para dedicarle a su esposa. No presta atención, no intencionalmente, pero el hecho es que todas las bellas artes de Muriel diseñadas para distraerlo de su trabajo son en vano. El tiempo pesa pesadamente sobre sus manos; come sola y poco a poco se hunde en un estado de melancolía. Una noche, mientras busca recreación, Muriel visita sola un café de moda y allí conoce a Eric Le Blanc, un caballero de modales, pero en realidad el jefe de una banda de conspiradores internacionales. Él se presenta como el barón de Corril y Muriel mantiene su identidad en secreto. Su amistad pronto se convierte en amor, pero Yorke está tan profundamente absorto en sus deberes que no se da cuenta del cambio que se ha producido en su esposa. Mientras tanto, Le Blanc recibe información secreta de uno de sus espías de que el inspector Yorke tiene en su poder una descripción de cada miembro de la pandilla y se insta a Le Blanc a obtener posesión de ellos de inmediato. Se compromete a lograrlo e irrumpe en la casa de Yorke esa misma noche. Durante su búsqueda de pruebas incriminatorias, se encuentra cara a cara con Muriel y por primera vez descubre su identidad. Oculta el verdadero propósito de su visita a la casa y explica que el amor lo impulsó a seguirla desde el museo, donde anteriormente se habían citado. Ella lo ayuda a escapar, pero mientras tanto el inspector Yorke se siente atraído por ruidos extraños en la casa y emprende una investigación. Entra en el dormitorio de su esposa y, al encontrarla aparentemente dormida, continúa su búsqueda. Encuentra huellas dactilares en la puerta y luego las identifica como las de Le Blanc, el conspirador. Cuando Muriel se entera de que su marido se prepara para asaltar el apartamento del conspirador, duda entre el amor y el deber y finalmente decide advertir a su amante del peligro que corre. Ella se apresura a ir a sus apartamentos y le implora que escape mientras aún haya tiempo. Ella señala que ambos pueden abandonar el lugar sin ser vistos, pero Le Blanc se niega y parlotea que su amor lo ha convertido en un mejor hombre y que se propone aceptar el castigo por sus crímenes y luego llevar una vida mejor. Mientras tanto, Yorke obtiene pruebas de la perfidia de su esposa y, con dos detectives, irrumpe en los apartamentos de Le Blanc. De pie en el centro del salón está la pareja culpable esperando el golpe que está a punto de caer. El inspector Yorke mira con desdén a su esposa durante unos segundos; Luego desafía a Le Blanc y ordena su arresto. Mientras los detectives lo sacan de la habitación, Muriel hace un movimiento como para rescatarlo, pero Yorke la agarra por las muñecas y. después de quemarle el alma con sus reproches, la desecha como un objeto indigno. Ella queda librada a su propia conciencia..